El nudo Windsor (Su Majestad, la reina investigadora 1)

Opinión:

Con un argumento tan rompedor, en el que nada menos que la anciana reina de Inglaterra se convierte en una investigadora de crímenes aficionada, todo puede ocurrir: desde un auténtico chasco hasta un libro brillante. Lo bueno es que este es de los últimos y que Isabel II, como personaje, es un auténtico puntazo.

Al margen de que ver a la reina de Inglaterra convertida en detective es muy original, el personaje, que me ha recordado a Miss Marple o a la señora Fletcher, juega su partida de forma muy delicada: no debe parecer que se entromete, pero quiere averiguar la verdad y encaminar la investigación en la dirección correcta, porque la línea que están siguiendo no puede ser más disparatada para ella. El hecho de que todos piensen que es una anciana adorable que no se entera y a la que hay que proteger, cuando en realidad es una mujer de hierro, gran estratega y muy astuta, juega a su favor.

También, por supuesto, debe seguir llevando a cabo sus labores de reina y tenemos un vistazo a esa parte de su día a día, a su relación con sus subordinados y a sus preocupaciones cotidianas. Esto no impide que, con la inestimable ayuda de su nueva secretaria personal, Rozie (a la que pone en más de una situación incómoda al no poder decir en qué anda metida), empiece a atar cabos, se haga una composición bastante exacta de lo que ocurrió en su castillo y manipule a sus subordinados para que les llegue la inspiración y empiecen a investigar los detalles verdaderamente importantes para resolver el misterio.

En cuanto al crimen en sí, es enrevesado a la manera de las historias de los personajes que he mencionado antes, atándose bien todos los cabos al final. El ritmo de los interrogatorios a los peculiares personajes que estaban esa noche en el castillo, y de la investigación en general, es bastante bueno, con algunos giros interesantes e incluso una escena de peligro para Rozie, si bien al final decae un poco al darse todas las explicaciones y en el epílogo.

Así pues, es una novela que recomiendo mucho, no solo por su originalidad, sino porque es todo un homenaje a los clásicos del género y resulta de lo más ameno.

Déborah F. Muñoz